Debido a que estos dispositivos son cada vez más accesibles en cuanto a su precio y también más fáciles de utilizar, no es extraño que surjan dudas sobre si se puede instalar un localizador GPS en el vehículo de otra persona.
Se trata de un dilema jurídico bastante actual para el que la legislación no tenía una regulación específica. Ha sido la normativa sobre protección de datos la que ha entrado a valorar estas cuestiones para determinar cuándo es o no legal usar este tipo de dispositivos, y la jurisprudencia la que ha ido estableciendo ciertos requisitos y parámetros de uso.
Geolocalización, el término de moda
Últimamente oímos hablar con bastante frecuencia de la geolocalización, que implica usar la tecnología para poder determinar la ubicación física real de una persona o una cosa. Se trata de un sistema bastante útil tanto a nivel empresarial como a nivel particular.
En nuestro día a día, gracias a la geolocalización podemos llegar fácilmente a cualquier sitio andando o en coche. Basta con conectar el GPS o una app para que el dispositivo detecte dónde nos encontramos exactamente y nos trace una ruta que nos lleve hacia nuestro destino.
En el ámbito empresarial la geolocalización se utiliza con diferentes fines. Obtener información sobre la ubicación de una persona puede ser útil para diseñar nuevas rutas de transporte. También sirve para verificar que los trabajadores están cumpliendo con sus obligaciones laborales, e incluso para hacer marketing.
Hoy en día podemos obtener datos sobre el lugar de ubicación en tiempo real de una persona gracias a su móvil, pero también con dispositivos específicos como un localizador GPS. Pero, ¿esto es siempre legal?
Consideraciones sobre la legalidad de instalar un localizador GPS en el vehículo de otra persona
Un localizador GPS para coche es un pequeño dispositivo que se instala en un vehículo y nos aporta información sobre los movimientos que hace el mismo y su ubicación exacta. Esta geolocalización, que puede llegar a ser muy práctica en caso de emergencia, se puede usar también con fines ilícitos.
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que rige en la Unión Europea señala que, toda información sobre una persona que ayude a identificarla, tiene la consideración de dato de carácter personal. Además, la Directiva 2002/58 establece que los datos de localización pueden ayudar a identificar a una persona, así que tienen expresamente la consideración de datos personales.
En consecuencia, la Agencia Española de Protección de Datos considera que la información sobre ubicación y localización es un dato de carácter personal y debe ser tratado como tal. Esto quiere decir que obtener esta información de forma fraudulenta, o para darle usos no permitidos legalmente, constituye una infracción que puede dar lugar a una multa de cuantía bastante alta.
Esto nos lleva a diferenciar entre dos situaciones diferentes:
Instalar un localizador GPS en el coche de otra persona a nivel particular
Colocar un dispositivo de geolocalización en el coche de un particular (un vecino, tu pareja, un compañero de trabajo, etc.) es siempre algo totalmente ilegal. Se trata de una acción de espionaje e incluso podría llegar a considerarse acoso.
Solo los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los profesionales de la investigación pueden utilizar balizas localizadoras en coches de terceros, y solo en casos muy concretos y con la finalidad de obtener pruebas relacionadas con algún delito.
Instalar un localizador GPS en un coche de empresa
Empresas y autónomos suelen tener flotas de vehículos que son necesarias para el ejercicio de su actividad. Se trata de camiones, furgonetas, coches para los comerciales, etc. En estos casos se entiende que el localizador persigue una finalidad legítima, que es proteger el vehículo frente a posibles robos, asegurarse de que los empleados cumplen con su trabajo, u obtener datos para establecer rutas más eficientes.
El propio Estatuto de los Trabajadores habilita al empresario para adoptar las medidas de vigilancia y control que estime oportunas para verificar que sus empleados cumplen con sus obligaciones, respetando en todo caso los derechos fundamentales de estos. Por tanto, instalar un localizador GPS en estos casos sí es legal, pero deben cumplirse una serie de requisitos.
Requisitos para instalar un localizador GPS en un vehículo de empresa
- Si el vehículo es propiedad de la empresa y de uso exclusivo para tareas laborales, el empresario está obligado a informar al trabajador de que está equipado con un sistema de localización, pero no necesita su consentimiento para instalarlo, usarlo, ni para tratar los datos obtenidos. No hace falta el consentimiento porque en este caso se sobreentiende que el mismo se otorga al firmarse el contrato de trabajo.
- Si el vehículo es propiedad de la empresa, pero se permite que el empleado haga uso del mismo en su vida personal, es obligatorio que se informe al trabajador de la instalación del localizador GPS, pero no hace falta obtener su consentimiento. Dado que el empleado está informado de que sus movimientos se están monitorizando, queda a su criterio usar o no el vehículo en su ámbito privado. No obstante, la normativa sobre protección de datos exige que los sistemas de localización estén deshabilitados fuera del horario laboral.
- Si el vehículo es propiedad del trabajador y este lo pone a disposición de la empresa, rigen los mismos requisitos que en el caso anterior.
- Tratándose de vehículos totalmente privados y de uso también exclusivamente privado, la empresa no podrá instalar en ningún caso un localizador GPS, aunque el empleado también haga uso de su coche para atender a sus obligaciones laborales.
Obligación de informar, ¿qué pasa si se incumple?
La legislación establece que, en aquellos casos en los que se pueden instalar de forma legal localizadores en vehículos propiedad o de uso por parte de terceros, se debe informar al usuario del coche de forma expresa, precisa e inequívoca. Es decir, el conductor debe ser plenamente consciente de que se está haciendo un seguimiento de sus movimientos.
La jurisprudencia es muy clara al respecto. Aunque el uso del dispositivo sea legal conforme a la normativa vigente, si no se ha cumplido con el deber de informar al trabajador, los datos obtenidos se considerarán como una vulneración del derecho a la intimidad. Es algo similar a lo que ocurre cuando se instalan cámaras de videovigilancia en un centro de trabajo.
Esto implica dos cosas. Por un lado, que el empleador está vulnerando los derechos de sus empleados, lo que puede hacerle responsable de una infracción y dar lugar al pago de una indemnización. Por otro lado, las pruebas obtenidas a través de esa geolocalización no tendrán ningún valor legal por considerarse nulas de pleno derecho.
Es decir, podría ocurrir que un empleado esté usando el vehículo de la empresa para desplazamientos privados cuando no tiene permiso para ello, y que sea despedido por esta razón. Pero si la empresa no le ha avisado de que el coche llevaba un localizador GPS, las pruebas serán nulas y por tanto el despido será declarado nulo. Es más, el trabajador podría pedir una indemnización a la empresa por haber vulnerado su intimidad.
Principios que se deben respetar al usar localizadores GPS en vehículos
El tema de la geolocalización dentro del ámbito laboral ha dado lugar a múltiples procesos judiciales en los últimos años. Algunos de ellos han llegado incluso al Tribunal Constitucional, lo que ha permitido a este organismo elaborar unos criterios que permiten determinar si la instalación de sistemas de geolocalización y el uso de los datos obtenidos son realmente legítimos.
En aquellos casos en los que el uso de dispositivos de geolocalización vía GPS sea legal, es imprescindible que en su uso se hayan respetado al máximo los derechos fundamentales. Para ello habrá que vigilar si se cumplen los siguientes principios:
- Proporcionalidad: hace referencia a la necesidad de que la medida sea equilibrada y reporte más beneficios para el interés general que perjuicios para el particular. En líneas generales, se entiende que hay proporcionalidad si se usa la localización GPS para asegurarse de que el empleado cumple con su jornada laboral o si lo que se busca es analizar diferentes rutas de transporte para encontrar las más eficientes.
- Idoneidad: implica que el localizador tiene que ser susceptible de conseguir el fin para el que está siendo utilizado.
- Necesidad: significa que no hay otra medida menos lesiva para la intimidad de la persona que pueda conseguir el propósito buscado.
Espiar a particulares con un localizador GPS puede salir caro
Ya hemos visto que en el caso de una empresa utilizar un localizador GPS no siguiendo los requisitos legales y los criterios jurisprudenciales puede llegar a tener importantes consecuencias. Pero la cosa es todavía más grave si alguien a título particular decide utilizar un aparato de este tipo para seguir los movimientos de otra persona, algo que ya ha pasado.
En Espiamos siempre abogamos por un uso legítimo de los dispositivos de espionaje, pero somos conscientes de que no todo el mundo está dispuesto a hacerlo. Por eso, no queremos terminar este artículo sin concienciar sobre la importancia de abstenerse de realizar conductas de espionaje.
Vamos a ver dos casos en los que instalar un localizador GPS en el coche de otra persona ha acabado siendo considerado un delito.
Orden de alejamiento por usar un localizador GPS en el coche de su ex pareja
El condenado ya había realizado diferentes conductas de acoso como constantes llamadas y el envío de fotos en las que se podía ver a la mujer en compañía de otras personas. La víctima no podía explicar cómo el acosador sabía donde iba a estar y aparecía en los lugares en los que ella se encontraba con amigos o familiares. Finalmente decidió hacer una inspección a fondo de su vehículo y descubrió el localizador GPS sujeto con cinta aislante, hecho que denunció inmediatamente.
El caso llegó al Juzgado de Violencia sobre la Mujer, que entendió que había una situación de acoso y acabó condenando al acusado.
Pena de prisión por espiar a su ex mujer con una baliza espía GPS
Un caso similar al anterior se produjo en Almería, aunque en esta ocasión la situación acabó con la condena del acusado a cumplir a nueve meses de prisión.
El responsable del delito tenía una orden de alejamiento de su ex mujer, pero se las ingenió para instalar en su coche un localizador GPS con el que pretendía tener un control directo sobre ella y saber qué hacía y dónde iba. Aprovechando esa información para provocar encuentros con su ex pareja.
Finalmente se descubrió que había recurrido a instalar un localizador GPS, porque no había otra forma en que pudiera tener conocimiento de dónde iba a estar la víctima. Esta conducta suponía un quebrantamiento de la orden de alejamiento, por lo que un Juzgado de lo Penal le condenó a nueve meses de prisión.
Por si estos ejemplos no son suficientes para hacer desistir a quien esté pensando en instalar un localizador GPS en el coche de otra persona de forma ilegal, se hace necesario añadir que hay diferentes modos de detectar un localizador GPS, así que existen muchas probabilidades de que el aparato acabe siendo descubierto, por muy bien escondido que esté.
¿Dónde comprar localizadores GPS para vehículos?
Ahora que ya hemos resuelto todas las dudas sobre la instalación de estos aparatos, si vas a usarlos de forma legal y con una finalidad legítima te interesará saber que en Espiamos tenemos para ti los modelos más avanzados.
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