¿Qué es el Ciberbullying? Definición, tipos y cómo frenarlo

El acoso en sus diferentes vertientes se ha convertido en algo bastante habitual en nuestra sociedad. Es complicado saber qué razones dan lugar a este tipo de comportamientos, pero lo que sí está claro es que conductas como el ciberbullying o el acoso laboral causan un grave daño en sus víctimas y que las secuelas se pueden prolongar incluso durante años.

Los casos se vuelven todavía más graves cuando hay menores de edad implicados. En este tipo de situaciones somos los padres los que debemos estar especialmente atentos para detectar posibles señales que nos hagan darnos cuenta de que nuestro hijo puede estar siendo víctima de acoso.

En ESPIAMOS queremos ayudar a frenar este tipo de situaciones, por eso en esta ocasión vamos a analizar con detenimiento el acoso tecnológico.

ciberbullyng


¿Qué es el ciberbullying? Definición

El acoso es una conducta casi tan antigua como el ser humano. A lo largo de la historia se ha dado fundamentalmente de dos formas:

  • Frente a frente: el acosador dirige sus amenazas directamente contra su víctima.
  • De forma remota: en este caso el acosador usaba medios como el correo para enviar notas a su víctima a fin de atemorizarla.

El desarrollo de las nuevas tecnologías ha traído muchas cosas buenas a nuestra vida, pero también algunas malas. Uno de esos efectos nocivos que nadie se esperaba es el ciberbullying.

Entran dentro de la categoría de ciberbullying todas aquellas conductas de acoso que se dan a través de medios telemáticos. Esto implica el teléfono, aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, las redes sociales e incluso los videojuegos online en los que los jugadores tienen la posibilidad de hablar entre sí.

Es necesario que tanto el acosador o acosadores como su víctima sean menores de edad. Si alguno de ellos ha cumplido ya la mayoría de edad no estamos ante ciberbullying sino ante otro tipo de ciberacoso.

Las conductas de acoso pueden ser muy variadas. Puede tratarse de insultos, amenazas, desprestigio de la víctima, extensión de rumores, llamadas continuas, etc. En realidad aquí entran todas aquellas conductas que tengan como objetivo final menoscabar la autoestima de la víctima, hacerla sentirse sola, aislada y mal consigo misma.



¿Qué es el ciberbullying? Explicación para niños

Como padres debemos ser conscientes de que nuestros hijos pueden ser víctimas, pero también pueden llegar a ser acosadores. Es más, existen casos de víctimas que acaban convirtiéndose a su vez en acosadores de otros niños.

Por eso es especialmente importante que los niños reconozcan que están ante un caso de acoso a través de medios telemáticos. Así pueden tomar medidas si están siendo víctimas y además no tendrán excusa si cometen esta conducta de acoso para decir que no sabían que estaban acosando a una persona.

La mejor manera de explicar las cosas a los niños es usando un lenguaje que sea comprensible para ellos.

Debemos comenzar explicándoles que el acceso a Internet a través de cualquier medio o el uso del teléfono móvil debe hacerse siempre de forma responsable. Al igual que hacen en el mundo real, en su vida digital deben abstenerse de llevar a cabo conductas que causen daño a los demás.

Si el uso que hacen de Internet ya no está siendo lúdico ni entretenido, entonces es que algo va mal. En caso de que noten que la conducta o las palabras de algún "amigo" les están causando daño, lo que deben hacer es comunicarlo inmediatamente a un adulto.

Lo importante a la hora de explicar el ciberbullying a los niños es que entiendan que no están solos. Que si son acosados de cualquier manera pueden contarlo con toda confianza a sus padres para que sean los adultos quienes se encarguen de poner freno al asunto.



¿Cómo es el ciberbullying en Internet?

Las formas de ciberbullying son tan variadas que es casi imposible englobarlas todas. No obstante, vamos a repasar las conductas más habituales:

  • Emitir falsas acusaciones en redes sociales, foros chats, etc. sobre la víctima a fin de poner a la gente en contra de ella.
  • Creación de espacios online destinados únicamente a reírse de la víctima. Se suelen colgar comentarios, fotos e incluso vídeos.
  • Recopilación de datos sobre la víctima a través de sus redes sociales para usar su información personal en contra de ella.
  • Hackeo de cuentas de email para enviar correos en nombre de la víctima a su familia o amigos.
  • Publicación de los medios de contacto de la víctima en diferentes páginas de Internet para que más gente se sume al acoso.

Todas las conductas de ciberacoso entre menores tienen en común que tienen la clara intención de dañar a la víctima y que se repiten en el tiempo. A diferencia de lo que ocurre en el acoso escolar, aquí no es necesario que exista cercanía física entre acosador y víctima. De hecho, pueden estar a miles de kilómetros.

También es común encontrarnos con casos en los que es el propio acosador el que intenta manipular la situación diciendo a los demás que su víctima le está acosando a él. Así consigue más aliados para seguir atacando al acosado.



Origen del acoso escolar

Antes de seguir avanzando en este complicado tema conviene hacer una introducción del ciberbullying y analizar un poco sus orígenes.

Bullying es una palabra de origen anglosajón que hace referencia al hecho de aprovecharse de la superioridad física o emocional para intimidar a otra persona. Si le añadimos el prefijo Cyber, tenemos la definición: la realización de conductas de intimidación sobre otra persona a través de medios digitales.

Puede parecer que el acoso es algo nuevo, pero no es así. La agresividad entre niños y adolescentes, hasta el punto de llegar a acosar, parece haber estado siempre presente en la sociedad.

De hecho, los que hoy en día somos adultos no tenemos problemas a la hora de recordar como nosotros mismos o algún compañero de clase tuvo incidentes en su momento con el típico matón de clase.

Sin embargo, hoy en día parece que ese problema se ha agravado. Si antes el problema era entre el matón y la víctima y acababa en el momento en que la víctima plantaba cara a su acosador, en la actualidad no es así. El acosador parece contar con el amparo de resto de compañeros, de forma que la víctima está mucho más desprotegida y no tiene valor para defenderse.

La generación Z ha nacido en un mundo en el que las tecnologías son parte habitual de su día a día. Aunque saben utilizarlas, realmente no entienden el alcance y el poder que tiene Internet. De ahí que lleven las conductas de acoso también a su vida online.

El primer caso de suicidio debido al ciberacoso se produjo hace ya más de diez años, y desde entonces las cosas no han mejorado mucho.


Tipos de bullying

Para entender qué es ciberbullying y ciberacoso debemos hacer una aproximación a los diferentes casos que pueden darse. Igual que en el acoso escolar, cuando se trata de acosar a través de medios digitales también puede haber diferentes tipos de conductas.

  • Acoso psicológico: engloba diferentes conductas que tienen como objetivo final hacer que la víctima se sienta aislada y mal consigo misma. Las acciones pueden ser muy diversas: meter a la víctima en un grupo de WhatsApp común e ignorarla conscientemente, crear espacios online para insultar y vejar a la víctima, mandarle constantemente insultos a su teléfono móvil, hacer memes con sus fotos, etc.
  • Acecho o stalking: aquí lo que se hace es espiar a la víctima, haciendo un seguimiento de su vida digital e incluso intentando espiar WhatsApp para obtener información sobre ella. En muchos casos el stalking forma parte de la ciberviolencia de género, muy común entre los menores de edad, que implica en hacer un control de las comunicaciones digitales de la pareja.
  • Sextorsión: el acosador usa fotos o vídeos sexuales de su víctima para mantenerla amenazada y conseguir de ella lo que quiera o bien usa información que ha obtenido por otros medios para que el acosado le envíe contenido de carácter sexual.


Casos

Una de las consecuencias más graves del ciberacoso es que el daño a la víctima se magnifica todavía más. Ya no es un problema entre acosador y víctima, sino que siempre hay alguien dispuesto a sumarse a este tipo de conductas para hacer daño.

Desafortunadamente, nos encontramos con muchas personas que quizá no tendrían valor de llevar a cabo un acoso cara a cara pero que, amparadas por el anonimato que les da Internet, son capaces de realizar conductas realmente deleznables.

Historias

Basta echar un vistazo a webs especializadas en este tema y libros escritos por especialistas para encontrar un gran número de casos graves que han acabado incluso con la víctima quitándose la vida.

Uno de los casos más graves que se recuerda es el cometido en 2010 por nueve adolescentes contra la joven Phoebe Prince de 15 años. Durante meses la chica fue agredida física y verbalmente por sus compañeros de colegio, que también le mandaban SMS con insultos y amenazas.

Esta situación llevó a Phoebe a quitarse la vida, pero esto no frenó a sus acosadores, que siguieron mancillando su honor en diferentes medios online tras su muerte.

En Baleares un grupo de internos en un centro de menores sometieron a uno de sus compañeros a vejaciones físicas y verbales, lo grabaron con el móvil y difundieron la grabación. Finalmente los jóvenes fueron procesados por un delito contra la integridad moral.

Una buena muestra de lo graves que pueden ser estos casos se vivió hace unos años a través de Facebook. Una niña de 10 años creó un grupo en esta red social en el que se dedicaba a insultar y humillar a una compañera de clase, dando diversas razones para odiarla. Consiguió más de 5.000 fans y la madre de la niña acosada tuvo dificultades para conseguir que Facebook eliminara la página.



Estadísticas sobre el ciberbullying

Como país y como sociedad hay listas en las que no nos importaría aparecer los primeros, pero hay otras en las que resulta vergonzoso aparecer. Eso es justo lo que ocurre con el ciberbullying.

La Organización Mundial de la Salud ha situado a España como uno de los países en los que las conductas de acoso a través de medios digitales son más habituales.

Un reciente estudio llevado a cabo por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña ha puesto de relieve que uno de cada cuatro casos de acoso escolar es también un caso de ciberacoso.

Vamos a conocer un poco más en profundidad estos casos:

  • El ciberbullying aumenta con la edad. A partir de los 13 años uno de cada tres casos de acoso escolar se extiende también a los medios digitales.
  • En la mayoría de los casos las víctimas son chicas, con una proporción 70%-30%.
  • La edad media para desarrollar conductas de acoso o empezar a ser víctima de ellas son 13 años.
  • En un 81% de los casos WhatsApp es el medio elegido para acosar, seguido por las redes sociales.
  • El acoso suele prolongarse durante más de un año.
  • El perfil de la víctima es un chico o chica de nacionalidad española, perteneciente a una familia convencional y sin problemas económicos.
  • En la mayoría de los casos los agresores son compañeros de clase de sus víctimas o van al mismo colegio o instituto.
  • No suele haber un único acosador.
  • En más de un 30% de los casos el acoso digital va unido a agresiones físicas.
  • La mayoría de las víctimas no suelen pedir ayuda a un adulto hasta que ha finalizado el curso escolar.
  • El 75% de los profesores que tienen constancia de este tipo de conductas toman medidas para evitarlas.
  • Casi el 60% de las víctimas y las familias de víctimas consideran que las medidas adoptadas son insuficientes.                      

Estos datos son graves, pero lo es todavía más el saber que en una encuesta realizada a más de 21.000 niños en España más de la mitad de ellos reconocieron haber realizado en alguna ocasión conductas de ciberacoso, destacando muchos de ellos que no sabían muy bien por qué lo habían hecho.


¿Cómo se manifiesta el ciberbullying en tu hijo?

El acoso online puede adoptar diferentes formas, pero una de las principales características del ciberbullying es que los efectos que se producen en la víctima son comunes en la inmensa mayoría de los casos.

La víctima está en una situación en la que se siente totalmente indefensa, por lo que acaba teniendo miedo de comunicarse con el resto y se aísla socialmente, lo que afecta todavía más a su autoestima.

En la mayoría de los casos aparecen estos síntomas:

  • Ansiedad.
  • Aislamiento.
  • Tristeza.
  • Soledad.
  • Miedo.
  • Baja autoestima.

Afortunadamente, solo en un número muy pequeño de casos (alrededor del 10%) los jóvenes intentan lesionarse o quitarse la vida.

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Es habitual que en un principio la víctima esconda lo que está pasando, pero llega un momento en que su estado anímico es tan malo que los síntomas son evidentes.

En casa podemos empezar a notar conductas extrañas como cambios de comportamiento, aparición de episodios de violencia física o verbal, el niño o niña quiere estar solo, problemas de alimentación, miedo a salir solo a la calle, etc.

Cuando se pasa de la niñez a la adolescencia es normal que aparezcan cambios en el compartimiento de nuestros hijos, pero todos somos conscientes de que un cambio demasiado radical puede ser síntoma de que algo está ocurriendo. Si es así, ha llegado el momento de hablar con nuestros hijos e intentar detectar el problema.


¿Por qué sucede el ciberbullying?

Ya hemos visto antes que muchos estudios demuestra que ciberbullying y acoso escolar son dos caras de una misma moneda.

No hay ninguna razón que lógicamente pueda justificar una situación de este tipo, pero si analizamos los casos de acoso podemos ver que detrás de la mayoría de ellos hay una serie de elementos comunes:

  • El creer que el acoso a una persona es una simple broma. Un pasatiempo divertido sin ninguna consecuencia. Aquí los adultos tenemos parte de culpa, al definir ciertas conductas como "cosas de niños" sin pararnos a analizar su gravedad.
  • El deseo de venganza cuando entre víctima y acosador ha sucedido previamente algo. Esto sucede por ser el acosador una persona con poca o nula tolerancia frente a la frustración, un problema que en la mayoría de los casos viene por una educación inadecuada.
  • La falta de autoestima del acosador le lleva en ocasiones a hacer gala de su supuesta superioridad para ganarse el respeto de los demás.
  • La presión social o querer mejor el estatus social dentro del grupo al que se pertenece.

Todas estas razones pueden dan lugar tanto a ciberacoso como a acoso escolar. Pero cuando se trata de ciberbullying se suma una razón más: muchos lo hacen simplemente porque pueden.

Al analizar las estadísticas sobre ciberbullying hemos visto que muchos niños reconocen haber practicado estas conductas simplemente porque sí, sin tener una razón concreta para ello. El anonimato que da Internet impulsa a muchos jóvenes a participar de este tipo de conductas sin ser realmente conscientes ni de lo que están haciendo ni de los efectos que su comportamiento puede tener sobre otras personas.


¿Cómo afecta el bullying a tu hijo?

No podemos analizar qué es el ciberbullying escolar sin tener claras las consecuencias que tiene este fenómeno.

En epígrafes anteriores hemos visto los efectos inmediatos, pero no debemos olvidar que estas conductas pueden generar también efectos a largo plazo. Es más común que este tipo de efectos que vamos a ver ahora aparezcan si el niño o niña no recibe la asistencia que necesita.

No es solo que los padres actúen para poner fin al problema, es que deben buscar ayuda especializada para que su hijo pueda superar las consecuencias psicológicas del acoso. En caso contrario, nos podemos encontrar con:

Depresión crónica

La depresión es una consecuencia frecuente de todos los tipos de acoso, si no es tratada  tiempo lo normal es que se acentúe. Cuanto más grave se vuelve el problema y más aislada se siente la víctima más aumentan los sentimientos de depresión y soledad. En algunos casos esto puede desembocar en la aparición de ideas de suicidio.

Si la depresión no ha sido bien tratada los problemas de baja autoestima se pueden prolongar en el tiempo y podemos encontrarnos con una persona que arrastrará problemas de estado de ánimo durante toda su vida.

 

Problemas psicológicos crónicos

Además de la depresión pueden aparecer problemas como ansiedad, trastornos de alimentación, fobia social o trastorno por estrés postraumático que pueden condicionar la vida de una persona para siempre si no son debidamente tratados.


Comportamientos autodestructivos

En aquellos casos en los que el acoso llega a poner a la víctima en una situación de auténtica desesperación es habitual que aparezcan casos de autolesión o que la propia víctima se ponga en diferentes situaciones de riesgo como forma de sacar el estrés y la ansiedad que siente.


Adicciones

Los problemas psicológicos que no son tratados a tiempo pueden acabar derivando en una adicción con la que se busca huir del problema o de los efectos del mismo. La adicción a las drogas o el abuso del alcohol suelen ser lo más habitual en estos casos.

¿Quiere esto decir que todos los niños y adolescentes que sufren ciberacoso o incluso acoso escolar van a sufrir estas consecuencias durante toda su vida? Por supuesto que no, pero todas aquellas personas que han sufrido problemas graves en su infancia o adolescencia están en riesgo de tener problemas psicológicos en la edad adulta.

Por eso se vuelve tan importante dar a nuestros hijos toda la ayuda que necesitan ante un caso de este tipo y llevarlos a un especialista para que les ayude a superar el trauma y les dé herramientas para afrontar los problemas.

Como padres debemos ser conscientes de que no podemos solucionarlo todo. A veces es mejor buscar ayuda.


¿Tienes problemas de ciberbullying?

Si como menor estás sufriendo acoso online, debes hablar de ello con tus padres. Debes tener claro que en ningún caso la situación que estás viviendo es culpa tuya, pero necesitas a un adulto para poder buscar una solución.

Si eres un padre que ha notado que su hijo o hija tiene este problema, habla con él o ella. Es fundamental que se sincere contigo para que sepas exactamente qué está pasando y puedas tomar medidas.

Una vez que el problema ya se ha desvelado es hora de ponerse manos a la obra. Lo primero es recoger pruebas de lo que está pasando.

Descargar los mensajes de voz y demás ficheros en los que se insulta o amenaza al niño, guardar pantallazos de conversaciones en WhatsApp y de las redes sociales es fundamental para tener pruebas de lo que está ocurriendo.

A continuación lo mejor es sacar al menor de ese entorno de acoso. Por el momento puede ser buena idea dejar las redes sociales sin cerrar por si es necesario tener más pruebas, pero es mejor que el niño se abstenga de utilizarlas. Lo mismo con el número de teléfono, es mejor proporcionarle uno nuevo.

Con toda esa información es aconsejable acudir a un abogado especializado en ciberbullying y determinar con el profesional los pasos legales a seguir. No hay que olvidar que en muchos de estos casos se está cometiendo un delito, por lo que se puede acudir a los tribunales.

Siendo el acosador un menor, en la mayoría de los casos la sanción no irá más allá de arresto domiciliario o internamiento en un centro de menores en las situaciones más graves.

Lo que sí se puede pedir a los padres del menor acosador es una indemnización por los daños que su hijo ha causado a la víctima.

Por otro lado, mientras todo el proceso legal se resuelve es muy recomendable que el menor que ha sido víctima reciba ayuda psicológica especializada para poder superar cuanto antes la situación.


Justificación del acoso escolar por parte de los culpables

Siendo una conducta llevada a cabo por menores es normal que la justificación que den para su actuación sea inmadura. Muchos de ellos intentan justificar su comportamiento señalando que se trata de algún tipo de venganza, que no eran conscientes del daño que estaban causando o que directamente no saben por qué lo han hecho.

Son explicaciones simples y sin sentido, lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que no hay absolutamente nada que pueda justificar el acosar de cualquier modo a otra persona.


Riesgos de las redes sociales 

Las redes sociales se han convertido en el escenario perfecto para el ciberacoso. Pero en realidad el problema no está en estos medios de comunicación, sino en el uso que los menores hacen de ellos.

Como adultos debemos enseñar a nuestros hijos a usar estas herramientas y a ver que hay una vida mucho más allá del mundo digital.

También debemos controlar más el uso que hacen, usando programas de control parental que sean realmente útiles y asegurándonos de que están haciendo un uso seguro de sus redes sociales, sin ser víctimas ni acosadores.



Asociaciones contra el ciberbullying

Por suerte cada vez existen más asociaciones en las que puedes encontrar ayuda si tu hijo ha sido víctima de ciberacoso. Estas son algunas de las más destacadas:


Stop Haters

Es la primera asociación española especializada en ciberbullying, detrás de este proyecto nos encontramos con Pedro García Aguado. Es una asociación que ofrece ayuda gratuita a las víctimas. Está integrada por abogados, informáticos y psicólogos.


Asociación Ignis

Ofrece ayuda frente al acoso escolar y laboral, así como formación para los docentes que quieran estar al día en estos temas y saber qué pueden hacer si detectan una situación de acoso hacia un alumno.


como prevenir el ciber bullying


Consejos para evitar el ciberbullying

  1. Informar bien a los niños y adolescentes sobre este tipo de conductas para que puedan reconocerlas rápidamente.
  2. Fomentar la confianza entre padres e hijos para que los niños acudan rápidamente a sus padres si están siendo víctimas.
  3. Enseñar a los niños a hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías y a proteger su intimidad online.
  4. Educar a los niños para que su ocio esté más allá del móvil, la tablet o el ordenador.
  5. Enseñar a los niños que no deben hacer online aquello que no se atreverían a hacer a la cara.
  6. Fomentar la autoestima para que los menores sepan que no deben verse influidos por lo que otros puedan decir.
  7. Usar buenas herramientas de control parental.
  8. No permitir que el menor tenga acceso a Internet de forma descontrolada y a cualquier hora del día.
  9. Revisar de vez en cuando las redes sociales y los mensajes que recibe el menor. Mejor hacerlo delante de él y haciéndole ver que no se hace para vulnerar su intimidad sino para evitar que pueda ser víctima de algún tipo de acoso, engaño o delito.
  10. Como adultos, estar informados sobre la gravedad de este tipo de acoso y tomar medidas inmediatamente en caso de detectar un problema.

Si quieres profundizar en este tema aquí tienes una guía completa para prevenir el ciberbullying.

Conclusiones sobre el ciberbullying

Tras este análisis detallado sobre el ciberbullying lo que podemos concluir es que es una conducta difícil de evitar, pero trabajando con nuestros hijos y educándolos en un buen uso de las nuevas tecnologías podemos reducir el riesgo de que se conviertan en acosadores o en víctimas.

Por otro lado, una vez que el problema ha surgido, lo mejor es que actuemos cuanto antes. Esto incluye a los padres de la víctima, pero también a los padres del acosador. No debemos olvidar que este tipo de conductas se pueden agravar con el paso del tiempo si no se toman medidas.

El ciberbullying es un problema que nos puede llegar a afectar a todos, por eso es importante conocerlo bien y saber qué hay que hacer ante él.

¿Quieres saber más sobre este tema? Puedes seguir leyendo nuestra recopilación de preguntas y respuestas sobre el ciberbullying.